martes, 9 de agosto de 2011

Cómo cocinar pasta correctamente


Selecciona el tipo de pasta que quieras comer. Ten en cuenta que dependiendo del tipo de pasta, depende la preparación con la que la vas a compañar.

No mezcles tipos de pastas. Diferentes tipos de pastas, tienen diferentes tiempos de cocción. Estos tiempos pueden variar incluso entre diferentes marcas de un mismo tipo de pasta.

Selecciona los utensilios:
  • 1 olla que tenga un tamaño acorde ala cantidad de pasta que prepararás.
  • 1 colador. Este te ayudará a la hora de tirar el agua en la que se coció la pasta.
  • 1 utensilio acorde al tipo de pasta, que te ayude a servirla cómodamente.
  • 1 timer que te avise cuando ha pasado el tiempo necesario y así evites accidentes.
Prepara:
  • En proporción, es recomendable que agregues 3.5 litros de agua por cada 1/2 kg de pasta.
  • Agrega además, 1 cucharada de sal por cada litro de agua. La sal ayudará a que el aumente el punto de ebullición del agua y a darle sabor a la pasta.
  • Importante: Dejar primero hervir el agua y después agregar la pasta.
  • ¡Cuidado! No agregues aceite. Muchas personas piensan que con esto evitará que se pegue, sin embargo, aparte de ser un mito, es una práctica muy peligrosa.
  • Cerrarás la olla sólo mientras hierve el agua, una vez que la abres para echar la pasta, ya no la vuelves a tapar.
  • Mueve en forma de 8 una o dos veces la pasta cada 3 o 4 minutos.
Sirve:

Una vez que esté lista, colócala rápidamente en otro recipiente (utiliza el colador en este paso).

Tres frutas que deben ser tus amigas

Una buena alimentación es necesaria para mantener la salud. Todos los días debes incluir en ella, frutas que te ayudan para que todo funcione bien en tu cuerpo.

Si te ha pasado que por momentos te sientes desganado aunque ya hayas desayunado, quizá sea por la calidad de lo que ingeriste. Es decir, a veces por las prisas comes lo primero que encuentras y al instante te sientes satisfecho pero eso no quiere decir que te hayas nutrido.

Prueba las siguientes frutas diariamente por una semana y te sentirás mejor. Casi apuesto que no las vas a dejar:

1) Manzanas. Una diaria, inclúyela sobre todo en el desayuno o a medio día. Te mantiene despierto y además es buenísima para regular la digestión, ya que cuando vives a todo ritmo, ésta sufre las consecuencias, así que es mejor prevenir que lamentar. Si ya no te la pudiste comer en casa, llévatela al colegio o al trabajo y no te arrepentirás.

2) Plátanos. Come un plátano al día. Lo puedes comer desde la mañana hasta la tarde, este lapso es el mejor horario para consumirlo porque contiene carbohidratos y te ayuda a saciar tu hambre pronto y de manera saludable. También contribuye con una buena digestión, es muy amable con tu estómago, etc. Cuando llegues de la escuela y tengas mucha hambre, cómete uno y te reanimarás de inmediato.

3) Nueces, almendras y maníes (frutas secas). Son la mejor botana que existe. Los maníes contienen proteínas y grasas insaturadas, es decir, benéficas para la salud (sobre todo si los consigues al natural). También las nueces ayudan al sistema circulatorio y a tener una piel saludable por su contenido en vitamina E y B. Y por último las almendras que también poseen antioxidantes y todas bajan el colesterol. Las puedes consumir ocasionalmente en la semana, o sea que no es necesario ingerirlas diario, cómete un puño de algunas de ellas y serás otra persona.

Además todas estas frutas contienen vitamina C que te ayudará a evitar los resfriados. Si mantienes una buena alimentación, tendrás tu sistema inmunológico en forma y así te alejarás de muchas enfermedades.

¡Ah! Y otra cosa, mantente alegre porque la tristeza o depresión te baja las defensas y entonces no podrás atacar a las enfermedades tan fácilmente.

Y recuerda… todo con medida, nada con exceso.

La Comida Emocional

“Comida emocional” se le llama a cuando las personas comen no por hambre, sino por razones diversas que por lo regular están conectadas a tu estado de ánimo.

¿Te sientes cansado y comes? ¿Estás aburrido y comes? ¿Estás relajado y comes? ¿Estás triste o contento y comes?

Como te imaginarás, el comer por razones emocionales, es causa de sobrepeso y por lo tanto de muchas enfermedades.

Seguramente sabes si tú tienes -o no- este problema, pero de todas formas, se recomienda llevar un diario para que puedas identificar correctamente qué situaciones son las que más te hacen comer. Cada que comes, anota la razón por la que comes, qué es lo que comes y tu estado de ánimo. Anota también en caso de que sea realmente por hambre. Después de algunos días, tendrás bien identificados los motivos por los caules comes cuando no tienes hambre.

¿Cómo cambiar esto?

La mayoría de las veces, lo que se come por causas emocionales, son cosas que son deliciosas pero que no son saludables. Por eso, lo primero que debes hacer es cambiar los tipos de alimentos. ¿Estás aburrido? prepárate una ensalada o una botana de frutas.

Después que has cambiado los tipos de alimentos, intenta sustituir las comidas por otros hábitos, por ejemplo, si te encuentras ansioso, sal a caminar; si te encuentras relajado y a gusto en casa, en lugar de ponerte a comer, ponte a leer. El objetivo es que vayamos sustituyendo este problema con cosas que nos sirvan y nos ayuden a tener una mejor salud, y así dejar la comida solamente para lo que es: quitarnos el hambre.


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