“Comida emocional” se le llama a cuando las personas comen no por hambre, sino por razones diversas que por lo regular están conectadas a tu estado de ánimo.
¿Te sientes cansado y comes? ¿Estás aburrido y comes? ¿Estás relajado y comes? ¿Estás triste o contento y comes?
Como te imaginarás, el comer por razones emocionales, es causa de sobrepeso y por lo tanto de muchas enfermedades.
Seguramente sabes si tú tienes -o no- este problema, pero de todas formas, se recomienda llevar un diario para que puedas identificar correctamente qué situaciones son las que más te hacen comer. Cada que comes, anota la razón por la que comes, qué es lo que comes y tu estado de ánimo. Anota también en caso de que sea realmente por hambre. Después de algunos días, tendrás bien identificados los motivos por los caules comes cuando no tienes hambre.
¿Cómo cambiar esto?
La mayoría de las veces, lo que se come por causas emocionales, son cosas que son deliciosas pero que no son saludables. Por eso, lo primero que debes hacer es cambiar los tipos de alimentos. ¿Estás aburrido? prepárate una ensalada o una botana de frutas.
Después que has cambiado los tipos de alimentos, intenta sustituir las comidas por otros hábitos, por ejemplo, si te encuentras ansioso, sal a caminar; si te encuentras relajado y a gusto en casa, en lugar de ponerte a comer, ponte a leer. El objetivo es que vayamos sustituyendo este problema con cosas que nos sirvan y nos ayuden a tener una mejor salud, y así dejar la comida solamente para lo que es: quitarnos el hambre.
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